Parte 1: Las cadenas invisibles
Escena 1: La habitación de Filipo - Medianoche
(La habitación de Filipo está en penumbra. La luz azulada de su computadora ilumina su rostro. En la pantalla, videos y contenido de redes sociales eróticos lo absorben completamente. Hay tazas de café vacías y desorden por todos lados.)
Filipo
(Murmurando para sí mismo)
Solo un video más... después lo dejo.
(La música de fondo en los videos y las notificaciones constantes llenan la habitación. Su expresión refleja agotamiento, culpa y placer. Finalmente, cierra la laptop con frustración y se tumba en la cama, mirando al techo.)
Filipo
(Susurrando)
¿Qué estoy haciendo?
(Se apagan las luces. Una atmósfera pesada llena el aire. Un susurro se oye en la oscuridad. De repente, aparece una figura femenina bellísima: Lilith. Su cabello largo y negro cae como una cascada, y sus ojos hipnóticos lo encandilan. Se acerca lentamente.)
Lilith
(Susurrante)
Filipo... te he estado esperando.
(Filipo abre los ojos, paralizado. Lilith lo acaricia con una suavidad inquietante, pero hay algo seductor y demasiado voluptuoso que le enajena y se entrega con delirio. Mientras la toma de las manos y la besa siente otras manos que acarician sus oidos y lenguas lamiendo sus pezones notando en esa apariencia que se transforma: una lengua larga y bifída, y sus cuatro brazos viscosos que lo inmovilizan mientras estimula sus sentidos con una habilidad antinatural a la que se resiste repulsivo.)
Filipo
(Con esfuerzo)
¡San Miguel, defiéndeme!
(Lilith sonríe de forma siniestra mientras la primera luz del amanecer la desvanece. Filipo despierta agitado, sudando y jadeando.)
Escena 2: La casa de Alouqua - Tarde
(Filipo visita a Alouqua. Su casa está llena de velas negras y extraños amuletos. La atmósfera es opresiva, y Alouqua, aunque debilitada, tiene una presencia magnética.)
Filipo
(Señalando las velas)
¿Qué es todo esto, Alouqua? Esto... esto no es normal.
Alouqua
(Tranquila, con una sonrisa enigmática)
Son protecciones. Este mundo está lleno de fuerzas que no puedes entender, Filipo.
(Filipo se siente cada vez más inquieto. Nota que Alouqua parece más débil que la última vez que la vio, pero sus ojos brillan con una intensidad desconcertante.)
Filipo
(Con seriedad)
Cada noche... soy atacado por algo. Una mujer que no es humana. Y estas velas...Alouqua, ¿qué sabes?
Alouqua
(Sonriendo, perturbadora)
Tal vez estás recibiendo lo que mereces. Todos llevamos nuestras propias sombras.
(Alouqua aparta la mirada, y por un momento su expresión refleja algo más: una mezcla de adicción y desesperación.)
Parte 2: Pactos y descensos
Escena 3: Las noches de Alouqua- Flashback
(Se muestra a Alouqua en su habitación, invocando a un íncubo mientras se acaricia ansiosa. Su rostro muestra una mezcla de placer y sufrimiento. Ante ella aparece un hombre muy atractivo, encarnación de su mayor deseo.)
Íncubo
(Susurrante y seductor)
Siempre regresaré, Alouqua. Pero sabes lo que necesito.
Alouqua
(Suplicante, pero deseosa)
Llévate lo que quieras... solo siempre vuelve a mí.
(El íncubo se alimenta de su energía, dejando a Alouqua más pálida y débil. Para recuperar su vitalidad, recurre a rituales oscuros, drenando la energía de otros.)
Escena 4: Confrontación en la casa de Filipo - Anochecer
(Filipo encuentra velas negras en su propia casa, llevadas por Alouqua. Llega furioso a confrontarla, con un crucifijo y agua bendita en las manos.)
Filipo
(Furioso)
¡Tú sabías lo que estaba pasando! Esos ataques... ¡Tú los trajiste a mi vida!
Alouqua
(Desesperada)
¡No lo entiendes! No estás atrapado... Ellas te ofrecen lo que más deseas, pero el precio es la energía, la luz de tu alma.
Filipo
(Levantando el crucifijo)
Esto termina ahora.
(Alouqua se retira, pero sus ojos no reflejan nada, como colgajos.)
Parte 3: Batalla espiritual
Escena 5: El ritual de exorcismo - Noche
(Filipo busca la ayuda de un humilde sacerdote. En una pequeña capilla, preparan el ritual. Velas blancas, agua bendita, y el "De Exorcismis" en latín están presentes. Alouqua, atrapada entre fuerzas sobrenaturales, lucha desesperadamente contra la influencia de los demonios.)
Sacerdote
(En latín, firme y solemne)
Vade retro, Satana! Libera eam, Domine. (Apártate, Satán. Libérala, Señor.)
(Las luces parpadean mientras el sacerdote recita letanías. Filipo sostiene un crucifijo y reza el "Padre Nuestro" con fervor. Alouqua grita desgarradoramente mientras una forma monstruosa se manifiesta por completo, antes de que una sombra oscura la abandone y desaparezca entre gritos de odio.)
Amanecer en la capilla.
(Filipo se arrodilla ante el altar, con el crucifijo en las manos, rezando fervorosamente mientras el sacerdote lo observa con respeto.)
Filipo
(Susurrando con determinación)
La batalla nunca termina. Pero con fe, siempre hay esperanza.
(La capilla se llena de luz mientras Filipo se levanta. El sacerdote lo bendice en silencio. Fundido a negro, con un último plano del crucifijo sobre el altar.)
Sacerdote
(Mirando a lo alto y apretando su rosario enfatiza)
Ante tus latentes temores para distinguir entre el sueño y la realidad. Si te encuentras en paisajes sin salida, extraños, inexplicables, con monstruos descomunales, pellizcate con los dedos es un método antigüo para distinguir lo onírico de la realidad. A diario lo decimos: "voy a pellizcarme para saber si no estoy soñando". Es válido aún. Pero si no puedes hacerlo, intenta saltar y sentirás que casi vuelas y flotas, cayendo muy lentamente. Y si tampoco lo puedes hacer, intenta estirarte un dedo y verás como se alarga, si estos eventos ocurren puedes advertir que es un sueño y recobrarás seguridad o solo intenta atravesar una pared.
(Agregó mirándole compasivo y paternal)
Lee mentalmente: YHWH o pronuncia Jesús o Yeshúa, o Invoca a la madona La Virgen María, San Miguel, Padre Pio o Gabrielle Amorth. Si nada funciona llámame.
Sobre Alouqua, si ella recae, será el precio de su libre albedrío pues quien no conoce la Ley la padece. Nuestras fragilidades construyen nuestras cadenas.