Salud

Segundo niño fallece por sarampión en Texas mientras crecen temores de un brote incontrolable

El brote de sarampión en el oeste de Texas ha provocado su segunda muerte confirmada en Estados Unidos en una década, elevando el número total de casos a 480 en la región. Las autoridades advierten que, de continuar esta tendencia, el país podría perder su estatus de eliminación del sarampión logrado en 2000.

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Segundo niño fallece por sarampión en Texas mientras crecen temores de un brote incontrolable

El brote de sarampión en el oeste de Texas ha provocado su segunda muerte confirmada en Estados Unidos en una década, elevando el número total de casos a 480 en la región. Las autoridades advierten que, de continuar esta tendencia, el país podría perder su estatus de eliminación del sarampión logrado en 2000.

“Esto se debe directamente a las voces antivacunas que han seguido difundiendo desinformación”

– Afirmó el Dr. Michael Osterholm, epidemiólogo de la Universidad de Minnesota.

6/4/2025

Un brote de sarampión que se originó en el oeste de Texas ha cobrado la vida de un segundo niño, marcando la segunda muerte confirmada por esta enfermedad en Estados Unidos en los últimos diez años. Según registros obtenidos por The New York Times, la víctima, una niña de ocho años, falleció el pasado jueves en un hospital de Lubbock debido a insuficiencia pulmonar causada por el virus del sarampión. La menor no estaba vacunada y no tenía problemas de salud previos, según confirmaron autoridades del Sistema de Salud UMC.

El sarampión es tan contagioso que puede infectar al 90% de las personas no vacunadas que se encuentren cerca de un individuo enfermo, incluso dos horas después de su partida del lugar.

El brote comenzó a fines de enero y hasta la fecha ha provocado al menos 480 casos en el oeste de Texas y 56 hospitalizaciones. Además, el virus se ha extendido a los estados vecinos, con 54 casos confirmados en Nuevo México y 10 en Oklahoma. Las autoridades sanitarias han señalado que, de no detenerse la propagación, este brote podría poner en peligro el estatus de eliminación del sarampión que Estados Unidos alcanzó en el año 2000.

Este fallecimiento se produce meses después de la primera muerte registrada en el brote, un menor no vacunado en Texas que murió en febrero. Adicionalmente, una persona no vacunada en Nuevo México que dio positivo en sarampión también falleció, aunque las autoridades aún no han confirmado que el virus fuera la causa directa de su muerte. Expertos pronostican que el brote podría durar al menos un año, aumentando el riesgo de más víctimas si no se toman medidas contundentes.

El sarampión, reconocido como uno de los virus más contagiosos a nivel mundial, se propaga a través del contacto directo con secreciones respiratorias y puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado el área. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, tos, secreción nasal y conjuntivitis. Posteriormente, se desarrolla una erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Aunque la mayoría de los pacientes se recupera, en casos severos puede generar complicaciones graves, como neumonía o inflamación cerebral, que pueden resultar mortales.

Durante el brote, varias figuras asociadas al movimiento antivacunas, como Robert F. Kennedy Jr., han promovido afirmaciones desacreditadas y tratamientos alternativos no respaldados científicamente, como el consumo de aceite de hígado de bacalao y altas dosis de vitamina A. Estas posiciones han sido criticadas abiertamente por expertos en salud pública, quienes alertan sobre el impacto negativo de este tipo de mensajes en la aceptación de las vacunas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que de cada 1,000 niños que contraen sarampión, hasta dos pueden morir debido a las complicaciones derivadas de la infección. Además de aumentar la mortalidad, el sarampión debilita el sistema inmunológico, dejando a los pacientes vulnerables a otras infecciones.

El senador Bill Cassidy, médico y legislador republicano, instó recientemente a través de redes sociales a la población a vacunarse y llamó a los funcionarios de salud a emitir mensajes claros y contundentes para prevenir más tragedias. Por su lado, expertos como el Dr. Peter Marks, quien recientemente renunció a la Administración de Alimentos y Medicamentos, han señalado que la respuesta federal al brote se ha enfocado excesivamente en tratamientos alternativos, descuidando la promoción de la vacunación como la única medida efectiva para contener el sarampión.

Los efectos de decisiones políticas anteriores, como el desmantelamiento de salvaguardas de salud pública internacionales y la disminución de financiamiento a departamentos locales, también han sido señalados como catalizadores de este tipo de brotes. A medida que se enfrenta esta crisis en curso, las autoridades sanitarias reiteran el llamado urgente a la vacunación y al fortalecimiento de las políticas de salud pública.

Algo Curioso

“Esto se debe directamente a las voces antivacunas que han seguido difundiendo desinformación”

– Afirmó el Dr. Michael Osterholm, epidemiólogo de la Universidad de Minnesota.

Apr 6, 2025
Colglobal News

Un brote de sarampión que se originó en el oeste de Texas ha cobrado la vida de un segundo niño, marcando la segunda muerte confirmada por esta enfermedad en Estados Unidos en los últimos diez años. Según registros obtenidos por The New York Times, la víctima, una niña de ocho años, falleció el pasado jueves en un hospital de Lubbock debido a insuficiencia pulmonar causada por el virus del sarampión. La menor no estaba vacunada y no tenía problemas de salud previos, según confirmaron autoridades del Sistema de Salud UMC.

El sarampión es tan contagioso que puede infectar al 90% de las personas no vacunadas que se encuentren cerca de un individuo enfermo, incluso dos horas después de su partida del lugar.

El brote comenzó a fines de enero y hasta la fecha ha provocado al menos 480 casos en el oeste de Texas y 56 hospitalizaciones. Además, el virus se ha extendido a los estados vecinos, con 54 casos confirmados en Nuevo México y 10 en Oklahoma. Las autoridades sanitarias han señalado que, de no detenerse la propagación, este brote podría poner en peligro el estatus de eliminación del sarampión que Estados Unidos alcanzó en el año 2000.

Este fallecimiento se produce meses después de la primera muerte registrada en el brote, un menor no vacunado en Texas que murió en febrero. Adicionalmente, una persona no vacunada en Nuevo México que dio positivo en sarampión también falleció, aunque las autoridades aún no han confirmado que el virus fuera la causa directa de su muerte. Expertos pronostican que el brote podría durar al menos un año, aumentando el riesgo de más víctimas si no se toman medidas contundentes.

El sarampión, reconocido como uno de los virus más contagiosos a nivel mundial, se propaga a través del contacto directo con secreciones respiratorias y puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado el área. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, tos, secreción nasal y conjuntivitis. Posteriormente, se desarrolla una erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Aunque la mayoría de los pacientes se recupera, en casos severos puede generar complicaciones graves, como neumonía o inflamación cerebral, que pueden resultar mortales.

Durante el brote, varias figuras asociadas al movimiento antivacunas, como Robert F. Kennedy Jr., han promovido afirmaciones desacreditadas y tratamientos alternativos no respaldados científicamente, como el consumo de aceite de hígado de bacalao y altas dosis de vitamina A. Estas posiciones han sido criticadas abiertamente por expertos en salud pública, quienes alertan sobre el impacto negativo de este tipo de mensajes en la aceptación de las vacunas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que de cada 1,000 niños que contraen sarampión, hasta dos pueden morir debido a las complicaciones derivadas de la infección. Además de aumentar la mortalidad, el sarampión debilita el sistema inmunológico, dejando a los pacientes vulnerables a otras infecciones.

El senador Bill Cassidy, médico y legislador republicano, instó recientemente a través de redes sociales a la población a vacunarse y llamó a los funcionarios de salud a emitir mensajes claros y contundentes para prevenir más tragedias. Por su lado, expertos como el Dr. Peter Marks, quien recientemente renunció a la Administración de Alimentos y Medicamentos, han señalado que la respuesta federal al brote se ha enfocado excesivamente en tratamientos alternativos, descuidando la promoción de la vacunación como la única medida efectiva para contener el sarampión.

Los efectos de decisiones políticas anteriores, como el desmantelamiento de salvaguardas de salud pública internacionales y la disminución de financiamiento a departamentos locales, también han sido señalados como catalizadores de este tipo de brotes. A medida que se enfrenta esta crisis en curso, las autoridades sanitarias reiteran el llamado urgente a la vacunación y al fortalecimiento de las políticas de salud pública.

Un brote de sarampión que se originó en el oeste de Texas ha cobrado la vida de un segundo niño, marcando la segunda muerte confirmada por esta enfermedad en Estados Unidos en los últimos diez años. Según registros obtenidos por The New York Times, la víctima, una niña de ocho años, falleció el pasado jueves en un hospital de Lubbock debido a insuficiencia pulmonar causada por el virus del sarampión. La menor no estaba vacunada y no tenía problemas de salud previos, según confirmaron autoridades del Sistema de Salud UMC.

El sarampión es tan contagioso que puede infectar al 90% de las personas no vacunadas que se encuentren cerca de un individuo enfermo, incluso dos horas después de su partida del lugar.

El brote comenzó a fines de enero y hasta la fecha ha provocado al menos 480 casos en el oeste de Texas y 56 hospitalizaciones. Además, el virus se ha extendido a los estados vecinos, con 54 casos confirmados en Nuevo México y 10 en Oklahoma. Las autoridades sanitarias han señalado que, de no detenerse la propagación, este brote podría poner en peligro el estatus de eliminación del sarampión que Estados Unidos alcanzó en el año 2000.

Este fallecimiento se produce meses después de la primera muerte registrada en el brote, un menor no vacunado en Texas que murió en febrero. Adicionalmente, una persona no vacunada en Nuevo México que dio positivo en sarampión también falleció, aunque las autoridades aún no han confirmado que el virus fuera la causa directa de su muerte. Expertos pronostican que el brote podría durar al menos un año, aumentando el riesgo de más víctimas si no se toman medidas contundentes.

El sarampión, reconocido como uno de los virus más contagiosos a nivel mundial, se propaga a través del contacto directo con secreciones respiratorias y puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado el área. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, tos, secreción nasal y conjuntivitis. Posteriormente, se desarrolla una erupción cutánea que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Aunque la mayoría de los pacientes se recupera, en casos severos puede generar complicaciones graves, como neumonía o inflamación cerebral, que pueden resultar mortales.

Durante el brote, varias figuras asociadas al movimiento antivacunas, como Robert F. Kennedy Jr., han promovido afirmaciones desacreditadas y tratamientos alternativos no respaldados científicamente, como el consumo de aceite de hígado de bacalao y altas dosis de vitamina A. Estas posiciones han sido criticadas abiertamente por expertos en salud pública, quienes alertan sobre el impacto negativo de este tipo de mensajes en la aceptación de las vacunas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que de cada 1,000 niños que contraen sarampión, hasta dos pueden morir debido a las complicaciones derivadas de la infección. Además de aumentar la mortalidad, el sarampión debilita el sistema inmunológico, dejando a los pacientes vulnerables a otras infecciones.

El senador Bill Cassidy, médico y legislador republicano, instó recientemente a través de redes sociales a la población a vacunarse y llamó a los funcionarios de salud a emitir mensajes claros y contundentes para prevenir más tragedias. Por su lado, expertos como el Dr. Peter Marks, quien recientemente renunció a la Administración de Alimentos y Medicamentos, han señalado que la respuesta federal al brote se ha enfocado excesivamente en tratamientos alternativos, descuidando la promoción de la vacunación como la única medida efectiva para contener el sarampión.

Los efectos de decisiones políticas anteriores, como el desmantelamiento de salvaguardas de salud pública internacionales y la disminución de financiamiento a departamentos locales, también han sido señalados como catalizadores de este tipo de brotes. A medida que se enfrenta esta crisis en curso, las autoridades sanitarias reiteran el llamado urgente a la vacunación y al fortalecimiento de las políticas de salud pública.

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