Salud

Alerta sobre el Peligroso Uso de Bebidas Energéticas Saludables para Perder Peso

La NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido) ha manifestado su inquietud por el creciente uso de bebidas energéticas “saludables” como método para perder peso, especialmente entre jóvenes y mujeres, lo que ha contribuido a un alarmante incremento en los trastornos alimentarios.

Salud

Alerta sobre el Peligroso Uso de Bebidas Energéticas Saludables para Perder Peso

La NHS (Servicio Nacional de Salud del Reino Unido) ha manifestado su inquietud por el creciente uso de bebidas energéticas “saludables” como método para perder peso, especialmente entre jóvenes y mujeres, lo que ha contribuido a un alarmante incremento en los trastornos alimentarios.

"Es preocupante que las jóvenes puedan estar abusando de estas bebidas para perder peso"

- Afirmó Claire Murdoch, directora de salud mental de la NHS.

22/7/2024

La NHS ha emitido una contundente advertencia sobre el uso indebido de bebidas energéticas “saludables” para la pérdida de peso, con una especial mención a su impacto en la población joven y femenina. Las bebidas energéticas, a menudo promocionadas como saludables y enriquecidas con vitaminas, se están consumiendo en lugar de alimentos sólidos, lo que ha contribuido a un aumento significativo en los trastornos alimentarios.

Desde la pandemia de COVID-19, las referencias a servicios especializados en trastornos alimentarios han experimentado un incremento del 52%, pasando de 19,244 en 2018-19 a 29,165 en 2022-23. Este aumento ha sido particularmente notable entre las mujeres jóvenes de 17 a 19 años, de las cuales el 77.5% podría tener algún problema alimentario, y el 20.8% tiene un trastorno alimentario confirmado, según un estudio realizado por la NHS.

El uso de estas bebidas energéticas, que pueden suprimir el apetito al mismo tiempo que proporcionan energía sin un aporte calórico significativo, se ha convertido en una alternativa peligrosa para la pérdida de peso. En el mercado, cadenas de supermercados como Sainsbury’s, Asda y Tesco ofrecen 114, 86 y 76 productos de bebidas energéticas respectivamente. Estos productos representan aproximadamente un tercio de todas las bebidas no alcohólicas vendidas en tiendas, reflejando su considerable popularidad.

Los expertos advierten que el consumo excesivo de estas bebidas puede provocar graves problemas de salud, incluyendo deshidratación, insomnio, ansiedad y problemas cardiovasculares. Claire Murdoch, directora de salud mental de la NHS, destacó la preocupación de que las jóvenes puedan estar abusando de estas bebidas y urgió a los fabricantes e influencers a no promocionarlas como una solución rápida para la pérdida de peso.

En respuesta a esta problemática, el gobierno del Reino Unido ha propuesto la prohibición de la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años, reconociendo su impacto negativo sobre la salud mental de los niños y su potencial para desencadenar ansiedad y depresión.

Para abordar esta creciente crisis, la NHS ha priorizado mejorar la atención a personas con trastornos alimentarios mediante inversiones y el desarrollo de equipos comunitarios especializados en toda Inglaterra. Estas medidas buscan ofrecer una respuesta robusta y eficiente ante el incremento de los trastornos alimentarios asociados al uso de bebidas energéticas “saludables” como método de pérdida de peso. Las bebidas energéticas, popularizadas inicialmente como un suplemento para aumentar el rendimiento físico y mental, han encontrado un mercado amplio y variado, incluso entre aquellos que buscan perder peso. Su origen se remonta a Japón en la década de 1960, pero su adopción global y su diversificación en distintos productos es un fenómeno de las últimas dos décadas.

Algo Curioso

"Es preocupante que las jóvenes puedan estar abusando de estas bebidas para perder peso"

- Afirmó Claire Murdoch, directora de salud mental de la NHS.

Jul 22, 2024
Colglobal News

La NHS ha emitido una contundente advertencia sobre el uso indebido de bebidas energéticas “saludables” para la pérdida de peso, con una especial mención a su impacto en la población joven y femenina. Las bebidas energéticas, a menudo promocionadas como saludables y enriquecidas con vitaminas, se están consumiendo en lugar de alimentos sólidos, lo que ha contribuido a un aumento significativo en los trastornos alimentarios.

Desde la pandemia de COVID-19, las referencias a servicios especializados en trastornos alimentarios han experimentado un incremento del 52%, pasando de 19,244 en 2018-19 a 29,165 en 2022-23. Este aumento ha sido particularmente notable entre las mujeres jóvenes de 17 a 19 años, de las cuales el 77.5% podría tener algún problema alimentario, y el 20.8% tiene un trastorno alimentario confirmado, según un estudio realizado por la NHS.

El uso de estas bebidas energéticas, que pueden suprimir el apetito al mismo tiempo que proporcionan energía sin un aporte calórico significativo, se ha convertido en una alternativa peligrosa para la pérdida de peso. En el mercado, cadenas de supermercados como Sainsbury’s, Asda y Tesco ofrecen 114, 86 y 76 productos de bebidas energéticas respectivamente. Estos productos representan aproximadamente un tercio de todas las bebidas no alcohólicas vendidas en tiendas, reflejando su considerable popularidad.

Los expertos advierten que el consumo excesivo de estas bebidas puede provocar graves problemas de salud, incluyendo deshidratación, insomnio, ansiedad y problemas cardiovasculares. Claire Murdoch, directora de salud mental de la NHS, destacó la preocupación de que las jóvenes puedan estar abusando de estas bebidas y urgió a los fabricantes e influencers a no promocionarlas como una solución rápida para la pérdida de peso.

En respuesta a esta problemática, el gobierno del Reino Unido ha propuesto la prohibición de la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años, reconociendo su impacto negativo sobre la salud mental de los niños y su potencial para desencadenar ansiedad y depresión.

Para abordar esta creciente crisis, la NHS ha priorizado mejorar la atención a personas con trastornos alimentarios mediante inversiones y el desarrollo de equipos comunitarios especializados en toda Inglaterra. Estas medidas buscan ofrecer una respuesta robusta y eficiente ante el incremento de los trastornos alimentarios asociados al uso de bebidas energéticas “saludables” como método de pérdida de peso. Las bebidas energéticas, popularizadas inicialmente como un suplemento para aumentar el rendimiento físico y mental, han encontrado un mercado amplio y variado, incluso entre aquellos que buscan perder peso. Su origen se remonta a Japón en la década de 1960, pero su adopción global y su diversificación en distintos productos es un fenómeno de las últimas dos décadas.

La NHS ha emitido una contundente advertencia sobre el uso indebido de bebidas energéticas “saludables” para la pérdida de peso, con una especial mención a su impacto en la población joven y femenina. Las bebidas energéticas, a menudo promocionadas como saludables y enriquecidas con vitaminas, se están consumiendo en lugar de alimentos sólidos, lo que ha contribuido a un aumento significativo en los trastornos alimentarios.

Desde la pandemia de COVID-19, las referencias a servicios especializados en trastornos alimentarios han experimentado un incremento del 52%, pasando de 19,244 en 2018-19 a 29,165 en 2022-23. Este aumento ha sido particularmente notable entre las mujeres jóvenes de 17 a 19 años, de las cuales el 77.5% podría tener algún problema alimentario, y el 20.8% tiene un trastorno alimentario confirmado, según un estudio realizado por la NHS.

El uso de estas bebidas energéticas, que pueden suprimir el apetito al mismo tiempo que proporcionan energía sin un aporte calórico significativo, se ha convertido en una alternativa peligrosa para la pérdida de peso. En el mercado, cadenas de supermercados como Sainsbury’s, Asda y Tesco ofrecen 114, 86 y 76 productos de bebidas energéticas respectivamente. Estos productos representan aproximadamente un tercio de todas las bebidas no alcohólicas vendidas en tiendas, reflejando su considerable popularidad.

Los expertos advierten que el consumo excesivo de estas bebidas puede provocar graves problemas de salud, incluyendo deshidratación, insomnio, ansiedad y problemas cardiovasculares. Claire Murdoch, directora de salud mental de la NHS, destacó la preocupación de que las jóvenes puedan estar abusando de estas bebidas y urgió a los fabricantes e influencers a no promocionarlas como una solución rápida para la pérdida de peso.

En respuesta a esta problemática, el gobierno del Reino Unido ha propuesto la prohibición de la venta de bebidas energéticas a menores de 16 años, reconociendo su impacto negativo sobre la salud mental de los niños y su potencial para desencadenar ansiedad y depresión.

Para abordar esta creciente crisis, la NHS ha priorizado mejorar la atención a personas con trastornos alimentarios mediante inversiones y el desarrollo de equipos comunitarios especializados en toda Inglaterra. Estas medidas buscan ofrecer una respuesta robusta y eficiente ante el incremento de los trastornos alimentarios asociados al uso de bebidas energéticas “saludables” como método de pérdida de peso. Las bebidas energéticas, popularizadas inicialmente como un suplemento para aumentar el rendimiento físico y mental, han encontrado un mercado amplio y variado, incluso entre aquellos que buscan perder peso. Su origen se remonta a Japón en la década de 1960, pero su adopción global y su diversificación en distintos productos es un fenómeno de las últimas dos décadas.

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