Google ha revelado que sus emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 48% en los últimos cinco años, llegando a 14.3 millones de toneladas métricas en 2023, según un artículo de The Guardian. Este aumento se debe principalmente al alto consumo de electricidad por parte de los centros de datos, utilizados para soportar la creciente demanda de inteligencia artificial (IA), así como a las emisiones derivadas de su cadena de suministro.
‍

Este incremento en las emisiones plantea un desafío significativo para Google, cuyo objetivo es alcanzar emisiones netas cero para 2030. La incertidumbre en torno al impacto ambiental futuro de la IA complica aún más este objetivo, ya que la empresa ha invertido considerablemente en tecnologías de inteligencia artificial en los últimos años.
‍

La Agencia Internacional de Energía estima que el consumo total de electricidad de los centros de datos podría duplicarse desde los niveles de 2022 hasta alcanzar los 1,000 TWh en 2026. Se prevé que para 2030, los centros de datos dedicados a la inteligencia artificial utilicen el 4.5% de la energía global generada. Esta situación no solo afecta a Google, sino también a otros gigantes tecnológicos como Microsoft, que están encontrando dificultades para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones debido a la creciente demanda energética de la IA.
‍

Además del consumo eléctrico, el uso de agua también es un factor ambiental crucial en el auge de la inteligencia artificial. Las estimaciones sugieren que la IA podría llegar a utilizar hasta 6.6 mil millones de metros cúbicos de agua para 2027. Estas cifras subrayan el profundo impacto que la inteligencia artificial está teniendo no solo en las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también en el consumo de otros recursos naturales esenciales.
‍

La creciente preocupación por el impacto ambiental de la inteligencia artificial y sus necesidades de recursos es un llamado de atención para las empresas tecnológicas. Mientras continúan innovando y desarrollando nuevas tecnologías, deben encontrar un equilibrio que les permita cumplir con sus ambiciosos objetivos de sostenibilidad. En 2022, los centros de datos a nivel mundial ya consumían aproximadamente 500 TWh, lo que equivale al 2% del consumo total de electricidad a nivel mundial, una cantidad comparable con el consumo total de energía de algunos países pequeños.