El 11 de abril de 2025, la ministra de Comercio encargada de Colombia, Cielo Rusinque, confirmó en una rueda de prensa que el país presentó formalmente una solicitud al gobierno de Estados Unidos para eliminar o reducir el arancel del 10% que se aplica a las exportaciones colombianas desde el pasado 5 de abril. La petición se formalizó a través de la entrega de dos cartas en las que se busca negociar, tanto de manera parcial como total, la exclusión de este impuesto.
Durante su intervención, Rusinque enfatizó que Colombia no recurrirá, al menos en esta etapa, al mecanismo de resolución de conflictos que establece el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. En cambio, el gobierno busca resolver la situación a través del diálogo directo y la negociación. Esta posición apunta a evitar procesos prolongados y apostar por acuerdos bilaterales que beneficien a ambas partes.
La ministra también aclaró que, pese a la suspensión informada de medidas recíprocas por parte de Estados Unidos, Colombia no figura entre los países que recibirán un trato más agresivo debido al superávit comercial con la nación norteamericana. Esto mantiene la medida del arancel del 10% vigente mientras dura el período de suspensión, establecido en 90 días.
Por su parte, Hernando José Gómez, quien lideró las negociaciones del TLC entre Colombia y Estados Unidos, explicó que, si bien existe un incumplimiento del acuerdo comercial por parte de Estados Unidos, resolver el conflicto a través del TLC implicaría procesos complejos y prolongados. Según Gómez, instaurar un Tribunal de Arbitramento para resolver esta diferencia podría tardar entre dos y tres años, tiempo que afectaría gravemente a la economía exportadora del país.
El analista sugirió que Colombia debería buscar una resolución similar a la alcanzada por México y Canadá, quienes lograron acuerdos favorables con los Estados Unidos en el marco de tensiones comerciales. Este enfoque aprovecharía el trato preferencial que el TLC vigente otorga a Colombia y se orientaría a negociar con el objetivo de excluir a las exportaciones colombianas de este arancel del 10%.
La imposición del arancel por parte de la administración liderada por el presidente Donald Trump forma parte de una serie de medidas adoptadas en el contexto de las tensiones comerciales internacionales. La decisión ha generado preocupación entre los exportadores colombianos, quienes ven que este gravamen afecta directamente la competitividad de sus productos en el mercado estadounidense.
El gobierno colombiano trabaja ahora con el objetivo de evitar un impacto prolongado en las exportaciones nacionales, entre las cuales se destacan productos agrícolas, textiles y manufacturas, que tienen a Estados Unidos como uno de sus principales destinos. La pronta resolución de esta disputa comercial se plantea como prioritaria para mitigar posibles daños económicos y preservar las relaciones comerciales entre ambos países.
Colombia y Estados Unidos han mantenido una relación comercial robusta desde la entrada en vigor del TLC en mayo de 2012, logrando beneficios mutuos en sectores como el agrícola, industrial y energético.