El 28 de julio de 2024 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Venezuela. Según los resultados oficiales presentados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), Nicolás Maduro obtuvo el 51.20% de los votos, equivalente a 5,150,092 sufragios, frente al 44.20% de Edmundo González, con una participación electoral del 59%. Sin embargo, la oposición ha cuestionado estos resultados, afirmando la existencia de irregularidades y falta de acceso a sus testigos durante el conteo de votos.
María Corina Machado, una de las líderes de la oposición, declaró que poseen el 73.20% de las actas y que en ellas se refleja una victoria de Edmundo González con 6,275,180 votos, contrastando con apenas 2,759,256 votos para Maduro. Estas acusaciones de fraude han catalizado una serie de protestas en Caracas y otras ciudades del país. Los ciudadanos han bloqueado calles y hecho sonar cacerolas en señal de desaprobación, al mismo tiempo que la oposición ha convocado asambleas ciudadanas para mostrar su fuerza y exigir un recuento transparente.
Las reacciones de la comunidad internacional han sido diversas. Países como Argentina, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y República Dominicana han suspendido relaciones diplomáticas con Venezuela hasta que se realice un conteo confiable de votos. La Unión Europea ha declarado que los resultados no han sido verificados y no se consideran representativos, mientras que Estados Unidos ha manifestado su preocupación por la falta de transparencia y ha solicitado la publicación de resultados detallados. El Centro Carter, por su parte, instó al CNE a divulgar todas las actas electorales.
En contraste, aliados estratégicos de Venezuela como Rusia y China han felicitado a Nicolás Maduro por su reelección, defendiendo la transparencia del proceso electoral. Ante la presión internacional, el gobierno de Maduro ha tomado la decisión de expulsar a los embajadores de Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, acusándolos de injerencia en asuntos internos.
Nicolás Maduro fue proclamado presidente para un tercer mandato y, en su discurso de aceptación, agradeció a sus aliados internacionales y rechazó categóricamente las acusaciones de fraude. Además, Tarek William Saab, fiscal general de Venezuela, anunció una investigación sobre un supuesto ataque cibernético que habría afectado el conteo de votos, responsabilizando a la oposición de estar detrás de este ataque.
La situación en Venezuela sigue siendo tensa, con un panorama interno de manifestaciones continuas y escrutinio internacional respecto a la veracidad de los resultados electorales. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si se realizarán acciones adicionales para verificar el conteo o si persistirán las tensiones dentro y fuera del país.