El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció una propuesta para un cese al fuego inmediato en Ucrania, con la condición de que Kyiv retire sus fuerzas de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporíyia y Jersón, que fueron anexadas por Rusia en 2022. Además, exigió que Ucrania abandone sus planes para unirse a la OTAN. La oferta fue presentada durante un discurso en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, donde Putin destacó la necesidad de una "resolución final" del conflicto.
Dentro de las demandas específicas, Putin también solicitó el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, la garantía de que Ucrania mantendrá un estatus no nuclear, la implementación de restricciones militares y la protección de las poblaciones de habla rusa. Como parte de las condiciones para la paz, también pidió el levantamiento de las sanciones occidentales impuestas a Rusia tras la invasión.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, rechazó la propuesta de Putin, calificándola de ultimátum. Zelenskyy comparó estas demandas con acciones previas a la Segunda Guerra Mundial y reiteró que Ucrania no cederá en su intención de unirse a la OTAN. Insistió en que la retirada total de las tropas rusas, la restauración de la integridad territorial de Ucrania, la rendición de cuentas por crímenes de guerra y las reparaciones por parte de Moscú son condiciones indispensables para negociar.
La reciente propuesta de Putin se produce en un contexto de reuniones internacionales y acuerdos de seguridad. Los líderes de los países del Grupo de los Siete se encuentran actualmente en Italia, y Estados Unidos y Ucrania firmaron un acuerdo de seguridad de 10 años, el cual ha sido criticado por funcionarios rusos.
A pesar de las afirmaciones de Putin de querer una resolución pacífica al conflicto, tanto funcionarios ucranianos como sus aliados internacionales han expresado escepticismo sobre la sinceridad de las intenciones rusas. Muchos consideran las demandas como una manipulación que carece de un verdadero compromiso hacia la paz.
En los últimos desarrollos, las defensas rusas informaron haber derribado 87 drones ucranianos, mientras que los sistemas de defensa aérea de Ucrania interceptaron ataques con misiles y drones. La intensidad del conflicto también se reflejó en la caída de un edificio residencial en la región rusa de Belgorod debido al bombardeo ucraniano, resultando en tres personas heridas. Además, Rusia devolvió a Kyiv los cuerpos de 254 soldados ucranianos para identificación y repatriación.
La situación en el terreno sigue siendo tensa mientras ambas partes lidian con los desafíos de las negociaciones de paz en medio de continuas operaciones militares y tensiones geopolíticas. El conflicto entre Rusia y Ucrania ha llevado a uno de los más grandes movimientos de tropas y complejidades diplomáticas que Europa ha visto desde la Segunda Guerra Mundial, afectando no solo a los países directamente involucrados, sino también a la dinámica política y económica global.