Utqiagvik, una ciudad situada en Alaska, al norte del Círculo Polar Ártico, ha comenzado su anual periodo de “noche polar”, que se extiende por 65 días durante los cuales el sol no se eleva por encima del horizonte. Este fenómeno inició el 18 de noviembre de 2024, cuando se registró la última puesta de sol del año a la 1:27 p.m. hora local, y finalizará con la próxima salida del sol el 22 de enero de 2025 a la 1:15 p.m.
Durante este tiempo, aunque la ciudad no recibe luz solar directa, experimenta lo que se conoce como “crepúsculo civil”. Este fenómeno ocurre cuando el sol se encuentra a menos de 6 grados por debajo del horizonte, proporcionando entre 3 y 6 horas de luz tenue cada día. Las temperaturas en Utqiagvik durante diciembre suelen estar por debajo de cero, añadiendo un desafío adicional a la vida cotidiana.
Ubicada al norte del Círculo Polar Ártico, la geografía de Utqiagvik juega un papel crucial en la experiencia de este fenómeno anual. La población de la ciudad, según el censo de 2020, asciende a aproximadamente 5,000 personas, más de la mitad de los cuales son nativos americanos o nativos de Alaska.
El regreso del sol en enero es motivo de celebración para la comunidad. Entre los eventos culturales organizados, se destacan las danzas tradicionales realizadas por el Iḷisaġvik College, la única universidad tribal en Alaska. Estas festividades son un reflejo de la rica herencia cultural de la ciudad y la resiliencia de sus habitantes.
La “noche polar” también tiene implicaciones significativas en la vida diaria de los residentes. Según la alcaldesa Asisaun Toovak, muchas personas tienden a permanecer en sus hogares durante este periodo, aunque la comunidad también encuentra formas de adaptarse y disfrutar de la situación, como la observación de las Auroras Boreales. Estas luces del norte son más visibles y espectaculares durante este tiempo de oscuridad continua, proporcionando un espectáculo natural que es tanto inspirador como único.
Los desafíos de vivir sin luz solar directa durante más de dos meses no son insignificantes. La salud mental y física de los residentes puede verse afectada, requiriendo estrategias específicas para mantener el bienestar durante este tiempo. Sin embargo, la comunidad de Utqiagvik ha desarrollado un notable nivel de adaptación y resiliencia frente a este fenómeno natural, convirtiendo la “noche polar” en una parte integral de la identidad de la ciudad.
La combinación de temperaturas bajo cero y la falta de luz solar directa requiere preparación y un enfoque constante en la adaptación. Las celebraciones cuando el sol regresa son no solo un alivio físico, sino también un momento de unión comunitaria y celebración cultural.
La "noche polar" es un fenómeno que, aunque desafiante, también resalta la singularidad de vivir en una de las áreas más extremas del planeta. Desde la organización de actividades culturales durante el crepúsculo civil hasta la apreciación de las Auroras Boreales, la comunidad de Utqiagvik muestra una notable capacidad de adaptación y una rica vida cultural que florece incluso durante los días más oscuros.