Un reciente estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU), publicado en la revista JAMA Network Open, ha revelado que colocar los electrodos de un desfibrilador en la posición anterior-posterior (AP) aumenta en un 264% las probabilidades de lograr el retorno de la circulación espontánea (ROSC) en comparación con la colocación en posición anterior-lateral (AL). La posición AP implica colocar un electrodo en la parte frontal del tórax y otro en la espalda, lo que permite un flujo de corriente eléctrica más directo a través del corazón. En contraste, la posición AL coloca ambos electrodos en el pecho, uno a la altura del esternón y otro en el lado izquierdo. Este hallazgo se obtuvo tras analizar los casos de 255 pacientes que sufrieron un paro cardíaco fuera del hospital (OHCA) entre 2019 y 2023.
El estudio identificó que, de los 255 pacientes investigados, con una edad media de 66 años y 63 mujeres, el 62% (158 pacientes) recibieron la colocación de electrodos en posición AP, mientras que el 38% (97 pacientes) fueron tratados con la posición AL. Los resultados mostraron que los pacientes con la posición AP tuvieron un odds ratio ajustado (aOR) de 2.64 para ROSC, con un intervalo de confianza del 95% de 1.50-4.65.
A pesar de la mejora significativa en el ROSC asociada con la colocación AP, no se observaron diferencias considerables en otros resultados secundarios como la presencia de pulso al llegar al hospital o la supervivencia al alta hospitalaria.
Los investigadores subrayaron la importancia de la colocación rápida y efectiva de los electrodos en situaciones de paro cardíaco, debido a que el tiempo es un factor crítico en la mejora de las tasas de supervivencia. La efectividad de la colocación AP parece radicar en su capacidad de "sandwich" el corazón, lo que permite a la corriente eléctrica fluir más eficientemente a través del órgano. Sin embargo, también se reconocieron desafíos prácticos, ya que la colocación AP puede ser complicada en emergencias, especialmente para el público en general que puede no tener la capacidad de mover al paciente adecuadamente.
El estudio, apoyado por la Zoll Foundation y los Institutos Nacionales de Salud, fue realizado utilizando datos del Portland Cardiac Arrest Epidemiologic Registry. Se concluye que la colocación de electrodos AP debería ser considerada como la opción preferida para maximizar la eficacia del desfibrilador en pacientes con ritmos cardíacos "shockables" tales como la fibrilación ventricular (VF) o la taquicardia ventricular sin pulso (pVT). Estos resultados refuerzan la necesidad de más investigaciones para establecer protocolos de colocación de electrodos que optimicen la atención en emergencias cardíacas. El paro cardíaco es una de las principales causas de muerte súbita en todo el mundo, y cada minuto de retraso en la desfibrilación reduce las probabilidades de supervivencia en un 7-10%.