El pasado 22 de noviembre de 2024, la Junta de Educación de Texas aprobó por un margen mínimo de 8 a 7 votos el plan de estudios denominado Bluebonnet Learning. Este plan de estudios permite la enseñanza de lecciones basadas en la Biblia en las escuelas públicas de educación primaria, desde jardín de infantes hasta quinto grado. Aunque la adopción del currículo es opcional para los distritos escolares, aquellos que decidan implementarlo recibirán un incentivo de 60 dólares por cada estudiante inscrito, financiado mediante fondos estatales.
El nuevo programa estará disponible para su implementación a partir de agosto de 2025 y su contenido incluye la instrucción sobre la Regla de Oro, referencias a la Biblia en el contexto de la historia estadounidense, y lecciones sobre moralidad. Los maestros, por ejemplo, serán instruidos a discutir la Regla de Oro utilizando enseñanzas bíblicas y a relacionar la historia del primer Día de Acción de Gracias con pasajes de los Salmos.
El desarrollo del plan Bluebonnet Learning surge tras la aprobación de la Ley de la Cámara de Representantes 1605 en 2023, que instruyó a la Agencia de Educación de Texas (TEA) a crear materiales educativos que incluyeran la Biblia. Sin embargo, el nuevo currículo ha generado un considerable debate. Críticos, incluidos padres, educadores y organizaciones como la Federación Estadounidense de Maestros de Texas, argumentan que el plan favorece el cristianismo y podría infringir la cláusula de establecimiento de la Primera Enmienda, que establece la separación entre iglesia y estado.
Durante la reunión de la junta, más de 150 personas testificaron, proporcionando opiniones divididas. Algunos defensores afirmaron que la Biblia es esencial para entender la historia y cultura estadounidenses, mientras que otros temen que esta medida pueda comprometer la diversidad religiosa en las escuelas públicas.
Además, se anticipa que la implementación del currículo probablemente enfrentará desafíos en los tribunales. Grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Texas y otros defensores de la libertad religiosa han expresado su intención de oponerse a la medida, alegando una posible infracción de los derechos constitucionales de los estudiantes y la diversidad religiosa.
Texas no está solo en esta iniciativa. Otros estados como Oklahoma y Luisiana también han intentado implementar políticas similares, incluyendo la exhibición de los Diez Mandamientos en las aulas, resaltando una tendencia que podría tener repercusiones significativas en el ámbito educativo y legal a nivel nacional.
Según datos demográficos de 2020, la composición religiosa de Texas incluye un 23.5% de protestantes evangélicos, 20.3% de católicos y 4.5% de protestantes de línea principal. En comparación, solo el 1.1% de la población pertenece a congregaciones musulmanas y el 0.2% a congregaciones judías, lo que resalta la diversidad religiosa dentro del estado y añade complejidad al debate sobre el nuevo plan de estudios.
La adopción del plan Bluebonnet Learning marca un cambio significativo en la educación pública de Texas, siendo un claro punto de inflexión en la discusión sobre la inclusión de contenidos religiosos en el ámbito educativo y sus posibles repercusiones legales y sociales.