Ciencia

Investigadores Aumentan el Sabor de los Tomates un 30% Mediante Edición Genética Sin Reducir su Tamaño

Un equipo de investigadores chinos ha incrementado el contenido de azúcares en tomates utilizando la tecnología CRISPR, logrando una mejora en el sabor sin afectar el tamaño ni el rendimiento del fruto.

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Investigadores Aumentan el Sabor de los Tomates un 30% Mediante Edición Genética Sin Reducir su Tamaño

Un equipo de investigadores chinos ha incrementado el contenido de azúcares en tomates utilizando la tecnología CRISPR, logrando una mejora en el sabor sin afectar el tamaño ni el rendimiento del fruto.

“Aunque el aumento de dulzura es notable, todavía hay un potencial significativo para mejorar el sabor de los tomates”

- Indicó Antonio Granell, genetista.

16/11/2024

Un equipo de científicos liderado por Sanwen Huang del Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen, China, ha logrado un avance significativo en la mejora del sabor de los tomates mediante la edición genética con tecnología CRISPR. Publicado en la revista Nature, el estudio revela la eliminación de los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, que actúan como frenos en la producción de azúcares durante la maduración.

El principal hallazgo del estudio es el incremento del 30% en los niveles de fructosa y glucosa en los tomates editados genéticamente, elevando su dulzura sin comprometer el tamaño ni el rendimiento total de la planta. Sin embargo, esta modificación genética resultó en una menor cantidad de semillas, que además son más ligeras, aunque su capacidad de germinación se mantuvo intacta.

El origen de esta investigación se remonta a estudios previos que identificaron regiones genéticas relacionadas con el sabor en variedades ancestrales de tomates. Los tomates modernos, aunque pueden ser de 10 a 100 veces más grandes que sus antecesores silvestres, han perdido gran parte de su sabor debido a la selección por tamaño.

La metodología aplicada por los investigadores consistió en utilizar CRISPR para inactivar los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, permitiendo que los frutos desarrollen un sabor más dulce sin afectar su tamaño ni rendimiento. Antonio Granell, genetista, comentó que “los tomates frescos típicos tienen un contenido de azúcares de aproximadamente 4 grados Brix y el nuevo método eleva este nivel a cerca de 5 grados Brix, aunque aún dista de los 7 grados Brix observados en variedades tradicionales."

Este avance podría facilitarse gracias a la reconsideración de la postura de la Unión Europea sobre modificación genética, lo que permitiría la adopción más amplia de tecnologías como CRISPR en la agricultura.

Aparte de los tomates, este modelo de edición genética podría aplicarse en otras frutas como manzanas y peras, que comparten los mismos genes. La investigación está en curso y actualmente se está colaborando con empresas agrícolas para desarrollar variedades comerciales de estos tomates mejorados.

Algo Curioso
Los tomates modernos, seleccionados principalmente por su tamaño, pueden ser hasta 100 veces más grandes que sus ancestros silvestres, pero a menudo carecen del sabor que solían tener.

“Aunque el aumento de dulzura es notable, todavía hay un potencial significativo para mejorar el sabor de los tomates”

- Indicó Antonio Granell, genetista.

Nov 16, 2024
Colglobal News

Un equipo de científicos liderado por Sanwen Huang del Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen, China, ha logrado un avance significativo en la mejora del sabor de los tomates mediante la edición genética con tecnología CRISPR. Publicado en la revista Nature, el estudio revela la eliminación de los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, que actúan como frenos en la producción de azúcares durante la maduración.

El principal hallazgo del estudio es el incremento del 30% en los niveles de fructosa y glucosa en los tomates editados genéticamente, elevando su dulzura sin comprometer el tamaño ni el rendimiento total de la planta. Sin embargo, esta modificación genética resultó en una menor cantidad de semillas, que además son más ligeras, aunque su capacidad de germinación se mantuvo intacta.

El origen de esta investigación se remonta a estudios previos que identificaron regiones genéticas relacionadas con el sabor en variedades ancestrales de tomates. Los tomates modernos, aunque pueden ser de 10 a 100 veces más grandes que sus antecesores silvestres, han perdido gran parte de su sabor debido a la selección por tamaño.

La metodología aplicada por los investigadores consistió en utilizar CRISPR para inactivar los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, permitiendo que los frutos desarrollen un sabor más dulce sin afectar su tamaño ni rendimiento. Antonio Granell, genetista, comentó que “los tomates frescos típicos tienen un contenido de azúcares de aproximadamente 4 grados Brix y el nuevo método eleva este nivel a cerca de 5 grados Brix, aunque aún dista de los 7 grados Brix observados en variedades tradicionales."

Este avance podría facilitarse gracias a la reconsideración de la postura de la Unión Europea sobre modificación genética, lo que permitiría la adopción más amplia de tecnologías como CRISPR en la agricultura.

Aparte de los tomates, este modelo de edición genética podría aplicarse en otras frutas como manzanas y peras, que comparten los mismos genes. La investigación está en curso y actualmente se está colaborando con empresas agrícolas para desarrollar variedades comerciales de estos tomates mejorados.

Un equipo de científicos liderado por Sanwen Huang del Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen, China, ha logrado un avance significativo en la mejora del sabor de los tomates mediante la edición genética con tecnología CRISPR. Publicado en la revista Nature, el estudio revela la eliminación de los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, que actúan como frenos en la producción de azúcares durante la maduración.

El principal hallazgo del estudio es el incremento del 30% en los niveles de fructosa y glucosa en los tomates editados genéticamente, elevando su dulzura sin comprometer el tamaño ni el rendimiento total de la planta. Sin embargo, esta modificación genética resultó en una menor cantidad de semillas, que además son más ligeras, aunque su capacidad de germinación se mantuvo intacta.

El origen de esta investigación se remonta a estudios previos que identificaron regiones genéticas relacionadas con el sabor en variedades ancestrales de tomates. Los tomates modernos, aunque pueden ser de 10 a 100 veces más grandes que sus antecesores silvestres, han perdido gran parte de su sabor debido a la selección por tamaño.

La metodología aplicada por los investigadores consistió en utilizar CRISPR para inactivar los genes SlCDPK27 y SlCDPK26, permitiendo que los frutos desarrollen un sabor más dulce sin afectar su tamaño ni rendimiento. Antonio Granell, genetista, comentó que “los tomates frescos típicos tienen un contenido de azúcares de aproximadamente 4 grados Brix y el nuevo método eleva este nivel a cerca de 5 grados Brix, aunque aún dista de los 7 grados Brix observados en variedades tradicionales."

Este avance podría facilitarse gracias a la reconsideración de la postura de la Unión Europea sobre modificación genética, lo que permitiría la adopción más amplia de tecnologías como CRISPR en la agricultura.

Aparte de los tomates, este modelo de edición genética podría aplicarse en otras frutas como manzanas y peras, que comparten los mismos genes. La investigación está en curso y actualmente se está colaborando con empresas agrícolas para desarrollar variedades comerciales de estos tomates mejorados.

Algo Curioso
Los tomates modernos, seleccionados principalmente por su tamaño, pueden ser hasta 100 veces más grandes que sus ancestros silvestres, pero a menudo carecen del sabor que solían tener.

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