Elon Musk, conocido por sus visiones futuristas y proyectos disruptivos, ha dado su respaldo a una predicción que parece sacada de una película de ciencia ficción: la existencia de mil millones de robots humanoides en la Tierra para la década de 2040. Esta proyección, originalmente planteada por David Holz, fundador del laboratorio de investigación en inteligencia artificial Midjourney, sugiere un futuro donde la robótica y la inteligencia artificial (AI) juegan un papel central en nuestra vida cotidiana.
En agosto de 2021, Tesla, una de las empresas lideradas por Musk, desarrolló un prototipo de robot humanoide llamado Optimus. En octubre de 2022, Musk expresó su deseo de fabricar millones de estos robots, cada uno con un precio estimado de 20,000 dólares. Aunque el robot mostraba limitaciones en sus capacidades, Musk enfatizó que aún hay mucho trabajo por hacer para refinar a Optimus, pero se mostró optimista sobre su potencial, afirmando que “será increíble en cinco o diez años”.
La visión de Musk no se limita a la fabricación de robots. A lo largo de los años, ha hablado sobre la colonización de Marte, la fusión de humanos y máquinas mediante implantes cerebrales, y la posibilidad de que vivamos en una simulación computarizada. Aunque algunas de estas ideas pueden parecer extravagantes, Musk ha demostrado una y otra vez su capacidad para convertir lo imposible en realidad.
Sin embargo, la implementación masiva de robots humanoides no está exenta de desafíos. Más allá de los aspectos técnicos, surgen preguntas éticas, sociales y económicas. ¿Cómo afectará la llegada de estos robots al mercado laboral? ¿Qué regulaciones éticas serán necesarias para su integración en la sociedad? Estas son solo algunas de las cuestiones que se plantean en un futuro donde la tecnología avanza a pasos agigantados.