Hace aproximadamente 232 millones de años, la Tierra vivió un episodio climático extremo conocido como el Evento Pluvial Carniano. Este fenómeno marcó el fin de un periodo árido y desencadenó un prolongado aumento en las precipitaciones que se extendió durante uno a dos millones de años, transformando radicalmente el clima y la vida en el planeta.
El principal detonante del Evento Pluvial Carniano fue una serie de masivas erupciones volcánicas en la Provincia Ígnea de Wrangellia, ubicada en lo que hoy es Alaska y la Columbia Británica. Estas erupciones liberaron enormes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera, provocando un calentamiento global significativo. Este cambio climático intensificó los patrones monzónicos que ya caracterizaban al supercontinente Pangea, donde los océanos cálidos incrementaron la humedad en la atmósfera, generando lluvias torrenciales constantes.
Evidencias geológicas del Evento Pluvial Carniano han sido identificadas en depósitos de siliciclásticos dentro de rocas carbonatadas en los Alpes Orientales, y en capas grises intercaladas con piedra roja en el Reino Unido. Estos registros indican un cambio abrupto hacia condiciones extremadamente húmedas, acompañado de una serie de extinciones masivas. Entre las especies más afectadas estuvieron organismos marinos como ammonites, conodontes y crinoideos.
Por otro lado, este evento catalizó una diversificación evolutiva significativa en los ecosistemas terrestres. Los dinosaurios, que hasta entonces eran minoritarios, aprovecharon la extinción de herbívoros clave y comenzaron a expandirse rápidamente en diversidad y distribución. Este auge marcó el inicio de su dominio en la era Mesozoica.
Además del impacto en la vida terrestre, los océanos también sufrieron graves alteraciones. La lluvia ácida derivada de las erupciones volcánicas y el incremento de gases de efecto invernadero causaron la acidificación de los océanos y condiciones de anoxia (falta de oxígeno), lo que contribuyó a la extinción de numerosas especies marinas. En tierra, los suelos y la vegetación también fueron devastados, alterando profundamente los ecosistemas.
Aunque hoy el Evento Pluvial Carniano es ampliamente aceptado, su descubrimiento no fue tomado en serio inicialmente. Geólogos como Alastair Ruffell y Michael Simms identificaron las primeras evidencias en la década de 1980, pero enfrentaron escepticismo académico. Con el tiempo, los datos acumulados respaldaron su hipótesis, incluyendo registros en Alemania, los Estados Unidos y el Himalaya.
Este evento demuestra cómo los cambios climáticos extremos pueden remodelar la vida en la Tierra, tanto destruyendo ecosistemas como creando oportunidades para nuevas formas de vida. Además, resalta el impacto de los fenómenos geológicos y atmosféricos en los procesos evolutivos a gran escala, ofreciendo lecciones sobre la interacción entre el clima y la biodiversidad en el pasado de nuestro planeta.