Las poblaciones de elefantes africanos han experimentado una alarmante reducción debido a la caza ilegal y la pérdida de hábitat, según datos recientes. En Botsuana, se estima que hay alrededor de 130,000 elefantes, mientras que Zimbabue alberga aproximadamente 82,000. En Namibia, Zambia y Sudáfrica, las cifras combinadas ascienden a otros 60,000 ejemplares, concentrando más del 70% de los elefantes africanos restantes en el sur del continente.
Un estudio publicado en la revista PNAS, que analizó datos desde 1964, ha revelado que las poblaciones de elefantes han disminuido drásticamente. En particular, las poblaciones de elefantes de bosque (Loxodonta cyclotis) han visto una reducción de hasta el 96%. Asimismo, los elefantes de sabana (Loxodonta africana) han sufrido una disminución del 70% en los últimos 50 años. En el Sahel, las poblaciones han sido gravemente diezmadas, quedando solo unos cientos de ejemplares en países como Chad.
La caza ilegal, impulsada principalmente por la demanda de marfil en países del Golfo y China, se identifica como la principal causa del declive. Desde los años 80, el comercio ilícito de marfil ha llevado a la muerte de miles de elefantes. Los informes de la UICN muestran que África perdió 118,000 elefantes entre 2007 y 2016, con Kenia y Tanzania siendo algunas de las naciones más afectadas.
El último informe de la UICN (2016) estimó que quedaban aproximadamente 415,000 elefantes en África, con una posible cifra adicional de 125,000 en áreas no estudiadas. También se ha reportado que la población de elefantes asiáticos (Elephas maximus) ha disminuido notablemente, con una reducción de más del 50% de su hábitat en el último siglo.
En conclusión, la situación de los elefantes africanos es extremadamente crítica. A pesar de que las poblaciones en el sur de África son relativamente más estables, enfrentan desafíos significativos debido a la expansión humana y los conflictos con las comunidades locales. La protección de estos majestuosos animales requiere una acción concertada para combatir la caza ilegal y preservar su hábitat natural. Los elefantes utilizan sus grandes orejas no solo para escuchar, sino también para regular su temperatura corporal, abaniqueándolas para refrescar la sangre que circula cerca de la superficie de la piel.