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“Un Violador Puede Estar en la Familia”: Cómo Dominique Pelicot se Convirtió en uno de los Peores Depredadores Sexuales de la Historia

Dominique Pelicot, un electricista y agente inmobiliario retirado de 72 años, está siendo juzgado por cargos de abuso sexual y violación en Francia. Entre 2011 y 2020, Pelicot drogó a su esposa, Gisèle Pelicot, para que docenas de hombres la violaran mientras estaba inconsciente en su casa en Mazan, Provenza.

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“Un Violador Puede Estar en la Familia”: Cómo Dominique Pelicot se Convirtió en uno de los Peores Depredadores Sexuales de la Historia

Dominique Pelicot, un electricista y agente inmobiliario retirado de 72 años, está siendo juzgado por cargos de abuso sexual y violación en Francia. Entre 2011 y 2020, Pelicot drogó a su esposa, Gisèle Pelicot, para que docenas de hombres la violaran mientras estaba inconsciente en su casa en Mazan, Provenza.

“No creía que fuera violación si el esposo daba su consentimiento.”

- Testimonio de uno de los acusados

15/12/2024

Dominique Pelicot ha sido denominado uno de los depredadores sexuales más notorios de la historia reciente de Francia. A lo largo de nueve años, de 2011 a 2020, Pelicot administró secretamente medicamentos para dormir y ansiolíticos a su esposa, Gisèle Pelicot, sin su conocimiento, facilitando encuentros en los que al menos 50 hombres, con edades entre 26 y 74 años, la violaron mientras estaba inconsciente.

Pelicot trituraba pastillas y las mezclaba en la comida y bebida de su esposa, dejándola inconsciente durante aproximadamente siete horas. Cámaras ocultas instaladas por Pelicot registraron más de 200 violaciones en video. Además, se descubrió que Pelicot también grabó en secreto a las esposas de sus hijos y a su propia hija en situaciones privadas, incluyendo momentos en que estaban desnudas o en ropa interior.

El acusado ya había tenido antecedentes por filmar a mujeres en un supermercado en 2010, lo que le valió una multa de 100 euros y evitó el juicio. La investigación actual se profundizó cuando la coincidencia de su ADN con un caso de intento de violación de 1999 llevó a la reapertura de esa investigación en 2020 después de su arresto.

Los encuentros estaban organizados bajo estrictas reglas: los hombres debían aparcar cerca de la casa y entrar sin ropa; varios admitieron haber consumido drogas o alcohol antes de los abusos. Muchos de los hombres implicados negaron haber cometido violación, argumentando que creían que era un juego consensuado y no consideraban que fuera violación debido al consentimiento dado por Pelicot.

El juicio contra Pelicot y los otros acusados se espera que concluya el 20 de diciembre de 2024. Si son hallados culpables, los involucrados enfrentan penas de prisión de entre 4 y 20 años. Gisèle Pelicot, consciente del impacto de su caso, ha insistido en que el juicio se lleve a cabo en público, destacándose como una figura clave en la lucha contra la violencia de género y la "cultura de la violación" en Francia. La magnitud del caso ha generado un amplio debate social sobre la violencia sexual en el país.

Algo Curioso

“No creía que fuera violación si el esposo daba su consentimiento.”

- Testimonio de uno de los acusados

Dec 15, 2024
Colglobal News

Dominique Pelicot ha sido denominado uno de los depredadores sexuales más notorios de la historia reciente de Francia. A lo largo de nueve años, de 2011 a 2020, Pelicot administró secretamente medicamentos para dormir y ansiolíticos a su esposa, Gisèle Pelicot, sin su conocimiento, facilitando encuentros en los que al menos 50 hombres, con edades entre 26 y 74 años, la violaron mientras estaba inconsciente.

Pelicot trituraba pastillas y las mezclaba en la comida y bebida de su esposa, dejándola inconsciente durante aproximadamente siete horas. Cámaras ocultas instaladas por Pelicot registraron más de 200 violaciones en video. Además, se descubrió que Pelicot también grabó en secreto a las esposas de sus hijos y a su propia hija en situaciones privadas, incluyendo momentos en que estaban desnudas o en ropa interior.

El acusado ya había tenido antecedentes por filmar a mujeres en un supermercado en 2010, lo que le valió una multa de 100 euros y evitó el juicio. La investigación actual se profundizó cuando la coincidencia de su ADN con un caso de intento de violación de 1999 llevó a la reapertura de esa investigación en 2020 después de su arresto.

Los encuentros estaban organizados bajo estrictas reglas: los hombres debían aparcar cerca de la casa y entrar sin ropa; varios admitieron haber consumido drogas o alcohol antes de los abusos. Muchos de los hombres implicados negaron haber cometido violación, argumentando que creían que era un juego consensuado y no consideraban que fuera violación debido al consentimiento dado por Pelicot.

El juicio contra Pelicot y los otros acusados se espera que concluya el 20 de diciembre de 2024. Si son hallados culpables, los involucrados enfrentan penas de prisión de entre 4 y 20 años. Gisèle Pelicot, consciente del impacto de su caso, ha insistido en que el juicio se lleve a cabo en público, destacándose como una figura clave en la lucha contra la violencia de género y la "cultura de la violación" en Francia. La magnitud del caso ha generado un amplio debate social sobre la violencia sexual en el país.

Dominique Pelicot ha sido denominado uno de los depredadores sexuales más notorios de la historia reciente de Francia. A lo largo de nueve años, de 2011 a 2020, Pelicot administró secretamente medicamentos para dormir y ansiolíticos a su esposa, Gisèle Pelicot, sin su conocimiento, facilitando encuentros en los que al menos 50 hombres, con edades entre 26 y 74 años, la violaron mientras estaba inconsciente.

Pelicot trituraba pastillas y las mezclaba en la comida y bebida de su esposa, dejándola inconsciente durante aproximadamente siete horas. Cámaras ocultas instaladas por Pelicot registraron más de 200 violaciones en video. Además, se descubrió que Pelicot también grabó en secreto a las esposas de sus hijos y a su propia hija en situaciones privadas, incluyendo momentos en que estaban desnudas o en ropa interior.

El acusado ya había tenido antecedentes por filmar a mujeres en un supermercado en 2010, lo que le valió una multa de 100 euros y evitó el juicio. La investigación actual se profundizó cuando la coincidencia de su ADN con un caso de intento de violación de 1999 llevó a la reapertura de esa investigación en 2020 después de su arresto.

Los encuentros estaban organizados bajo estrictas reglas: los hombres debían aparcar cerca de la casa y entrar sin ropa; varios admitieron haber consumido drogas o alcohol antes de los abusos. Muchos de los hombres implicados negaron haber cometido violación, argumentando que creían que era un juego consensuado y no consideraban que fuera violación debido al consentimiento dado por Pelicot.

El juicio contra Pelicot y los otros acusados se espera que concluya el 20 de diciembre de 2024. Si son hallados culpables, los involucrados enfrentan penas de prisión de entre 4 y 20 años. Gisèle Pelicot, consciente del impacto de su caso, ha insistido en que el juicio se lleve a cabo en público, destacándose como una figura clave en la lucha contra la violencia de género y la "cultura de la violación" en Francia. La magnitud del caso ha generado un amplio debate social sobre la violencia sexual en el país.

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